El domingo pasado lo pasamos en el lago. Era la celebración de la entrega de diplomas a los monjes. Gente de todo el estado había venido para la ocasión. En una pasarela por donde desfilarían los monjes habían preparado una alfombra roja donde la gente iba depositando flores, flores y mas flores hasta una altura de casi 40 cm. Nos sentamos en el suelo con la gente del lugar comiendo cacahuetes al vapor, huevos de codorniz y unos polvos color curry que me daban los niños que tenia delante, en teoría era caramelo pero sabia a rayos. Por fin llega la procesión y van pasando los monjes con bolsas de plástico vacías, la gente les va echando dinero principalmente pero la gente mas humilde les hecha lo poco que tienen como detergente, caramelos, cartas, ... Hay gente muy emocionada mientras que los monjes permanecen con cara larga y seria sin hacer el mínimo gesto ni agradecimiento. Cuando abandonamos el desfile vamos a parar a la otra parte del templo por donde salían los jóvenes monjes con bolsas repletas de dinero sonriendo y comparandolas con las de los compañeros. En el mercado pillamos algún monje gastandose las perras de la pobre gente en sudaderas de raperos y demás bienes. Ya sabeis, cosas de religión.
Luego comemos en un restaurante donde comíamos como marqueses por unos 9$ los dos. Pretendíamos pasarnos por la obra de un nuevo eco-hotel ya que casualmente conocimos al dueño durante el desfile y nos insistió que pasáramos para que le echáramos un vistazo al diseño, materiales y demás. Finalmente no pudimos pasar por falta de tiempo :(
Viajecito de 12 horas hasta Yangoon, mañana zombie viendo otras partes de la ciudad, y el resto del día de tranquis. Al día siguiente día de compras y vuelo a Malasia. Nos entristeció dejar Birmania pero tengo la sensación de que volveremos.
En breve escribiremos sobre Kuala Lumpur y Malasia. En un par de horas tomamos el bus desde Kuala hasta las islas Pethentian, al otro lado del país.
Besos, abrazos y achuchones múltiples.
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